domingo, 27 de mayo de 2012

Una guerra total. - Parte 1

La Segunda Guerra Mundial fue especialmente cruel y despiadada, y sus consecuencias afectaron a millones de civiles. Para financiar los enormes gastos de la guerra, los alemanes y los japoneses saquearon las riquezas de los países ocupados. Por su parte, la victoria aliada necesitó un esfuerzo económico sin precedentes.

[Fuente: Taringa]

La guerra económica.

Una contienda tan colosal requirió un gigantesco esfuerzo económico. En el desarrollo de la guerra se debe tener en cuenta la superioridad productiva industrial y agrícola de Estados Unidos y del imperio británico sobre los países del Eje. Recursos tan esenciales como el petróleo, el carbón o los metales estratégicos daban una enorme ventaja a los aliados. Los agricultores estadounidenses convirtieron a Estados Unidos en “el granero de la democracia”, lo que permitió alimentar a todo el bando aliado. Por su parte, los ejércitos del Eje confiscaron alimentos en los países ocupados para alimentar a sus soldados y a la población civil de Alemania o Japón.

La movilización de los hombres jóvenes para el ejército y el aumento de la producción armamentística provocaron una escasez de mano de obra en todos los países participantes. Estos recurrieron a sistemas diferentes para afrontar el problema. Alemania aplicó métodos brutales, como el empleo de prisioneros de guerra y de trabajadores forzosos procedentes de los países conquistados (en 1944 llegó a tener más de cinco millones de trabajadores esclavos extranjeros y casi dos millones de prisioneros de guerra, la mayoría rusos). Los aliados recurrieron, sobre todo, al empleo de mano de obra femenina y de jóvenes, así como al incremento de la jornada laboral.

Las necesidades generadas por los ejércitos abocaron a los contendientes a la intervención de los gobiernos en la economía. Ya antes de 1939, cuatro de los principales participantes (Alemania, Italia, la Unión Soviética y Japón) tenían una economía planificada; los otros tres (Estados Unidos, Reino Unido y Francia) siguieron siendo economías de mercado, pero establecieron estrechos vínculos entre el Gobierno y la industria.

Al igual que ocurrió durante la Gran Guerra, la Segunda Guerra Mundial impulsó importantes novedades tecnológicas: producción a gran escala de penicilina y de nuevas fibras textiles, como el nylon para fabricar paracaídas; utilización de los primeros y rudimentarios ordenadores; uso de la energía nuclear, etc. Las innovaciones técnicas se aplicaron, fundamentalmente, a la fabricación de armas. Los aviones eran cada vez más veloces y, al final de la guerra, los alemanes habían puesto a punto los primeros aviones a reacción, así como misiles antiaéreos y bombas volantes, precursoras de los cohetes espaciales. En el mar, la gran innovación fue el portaaviones, que desempeñó un papel decisivo en la guerra del Pacífico. Pero la innovación más determinante fue la bomba atómica. Un grupo de científicos de origen europeo, la mayoría de ellos huidos del nazismo, como Fermi o Bohr, llevó a cabo las investigaciones necesarias para su fabricación, entre 1942 y 1945, en Estados Unidos.

[Fuente: YouTube]

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