jueves, 17 de mayo de 2012

Las victorias del Eje (1939-1942) - Parte 1

La Segunda Guerra Mundial tuvo dos etapas perfectamente diferenciadas. La primera, entre 1939 y el final de 1942, estuvo marcada por los constantes éxitos del Eje, sobre todo de Alemania en Europa y de Japón en Asia. Durante la segunda etapa, el signo de guerra cambió radicalmente.

[Fuente: Taringa]

Un año de triunfos.

La invasión de Polonia puso de manifiesto la potencia del ejército alemán, que, en pocas semanas, derrotó con contundencia a las tropas polacas. Francia y Reino Unido apenas pudieron llevar a cabo acciones militares para ayudar a Polonia. La URSS, cumpliendo las cláusulas secretas del pacto de no-agresión germano-soviético, invadió la parte oriental de Polonia. De esta manera, Polonia quedó repartida entre alemanes y rusos.

Las operaciones militares se paralizaron entre octubre de 1939 y la primavera de 1940. En abril, Alemania ocupó por sorpresa Dinamarca, que apenas pudo ofrecer resistencia, y Noruega, con lo que se aseguraba el suministro del hierro sueco, imprescindible para abastecer la industria germana, y una larga fachada marítima frente a Gran Bretaña.

El 10 de mayo de 1940, los ejércitos germanos atacaron Francia. Esta nación había adoptado una táctica de posiciones, semejante a la de la Gran Guerra de 1914, construyendo una formidable defensa fortificada en su frontera con Alemania, la Línea Maginot, que se interrumpía al llegar a la frontera belga. Igual que en 1914, los alemanes atacaron la retaguardia francesa a través de Bélgica, Países Bajos y Luxemburgo, naciones hasta entonces neutrales. Aunque los ejércitos de estos países ofrecieron una heroica resistencia, poco pudieron hacer ante la aviación y las unidades acorazadas y motorizadas enemigas. Las fuerzas francesas y británicas, sorprendidas por la espalda, fueron incapaces de hacer frente a la invasión y, de forma desorganizada, emprendieron la retirada.

En menos de un mes, Francia fue vencida. Los británicos, replegados a la costa francesa del canal de la Mancha, pudieron salvar gran parte de su ejército mediante la evacuación por mar desde las playas de Dunkerque. Este hecho fue de gran importancia para la continuación de la guerra, ya que evitó el aniquilamiento total del bando aliado. Italia, que se había mantenido ajena a la contienda hasta ese momento, convencida de la victoria de su aliado nazi, entró en la guerra el 10 de junio de 1940.

La derrota militar provocó un giro político radical en Francia. El gobierno dimitió, siendo sustituido por uno nuevo, presidido por el mariscal Pétain, el héroe de Verdún. Pétain, que consideraba que la guerra estaba perdida, solicitó un armisticio a Alemania. De esta manera, Francia aceptaba su derrota. El país quedó dividido en dos: la zona norte, que incluía París, quedó bajo control alemán; el sur, en manos del gobierno de Pétain, que instaló su capital en la pequeña ciudad de Vichy, nombre con el que se conoció el régimen proalemán de Pétain: el régimen de Vichy. Contrario a esta política de entendimiento con los nazis, el general francés De Gaulle huyó a Londres. Desde allí hizo un llamamiento a los franceses para continuar la lucha, tanto en el interior del país como en las colonias francesas.

La batalla de Inglaterra.

En el verano de 1940, Alemania parecía invencible. En tres breves y brillantes campañas había ocupado Polonia; Dinamarca y Noruega; Bélgica, Países Bajos, Luxemburgo y Francia. Sólo Reino Unido se interponía en su camino hacia la victoria total, por lo que se preparó para invadir Gran Bretaña. Para asegurar la invasión de las islas británicas por mar, los alemanes intentaron destruir antes su capacidad defensiva desde el aire. Este ataque aéreo se conoce como la batalla de Inglaterra. Durante el verano de 1940, la aviación germana, la Luftwaffe, bombardeó a gran escala objetivos militares, económicos, civiles de Reino Unido con el fin de sembrar pánico entre la población civil. Sin embargo, la destrucción total de ciudades como Coventry fortaleció el espíritu inglés y estímulo la simpatía de Estados Unidos. La aviación británica acabó derrotando a Luftwaffe, con lo que frustró la invasión de Gran Bretaña. La resistencia británica supuso un duro golpe para el expansionismo alemán. Otros éxitos alemanes, conseguidos en los primeros meses de 1941, pudieron ocultar el fracaso de la batalla de Inglaterra: la derrota británica en el norte de África, donde el ejército alemán, el África Korps, había acudido en ayuda de los italianos, y la ocupación de Yugoslavia y Grecia.

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